Leticia Cuellar
La segunda sesión comenzó como la anterior, con una pequeña reunión previa entre alumnos y profesoras, en la zona del aula que se prepara cada día para ello y que en lo adelante llamaré zona de reunión. Esta actividad suele tener lugar en el fondo de la clase, donde se retiran las mesas y se colocan las sillas en círculo para propiciar la comunicación. Al inicio tiene lugar el saludo entre todos y la presentación de los niños que se incorporan, con el objetivo de integrar a los nuevos, que sus compañeros los conozcan y que estos que comienzan conozcan al resto. En ese momento de presentaciones cada uno dice su nombre, a qué escuela asiste y todas aquella información que pueda resultar interesante y que los niños quieran contar o preguntar. Se aprovecha también para que cada niño relate lo que ha hecho durante los días en que no ha habido taller. Siempre, al final de cada sesión, suele haber otra pequeña charla mientras esperamos a que los familiares vengan a buscar a los niños.

Esta vez se incorporaron tres alumnos más y aquel que se propuso para cambiar de taller, pudo incorporarse al de escritura como fue recomendado. Como se trataba de varios niños, hubo que dedicar un tiempo extra para volver a explicar la mecánica del taller, el sistema de autoevaluación y la necesidad de cumplir las normas establecidas. Se volvió a enumerar la lista de premios a los que pueden optar y que consiste en:

  • Un balón.
  • Un cuento con pegatinas.
  • Un bolígrafo multicolor y un estuche portalápices.
  • Una carpeta con pegatinas.
Una vez comenzada la sesión, se colocaron dos cartulinas de manera que quedasen de frente a los alumnos, en ellas se enumeraban, por un lado, las normas más importantes y por el otro las menos importantes. Una vez fijadas en el lugar oportuno, cada niño fue leyendo en voz alta hasta completar los dos listados a la vez que iban copiándolas en sus cuadernos de trabajo.

En la primera sesión, se estableció que cada día habría un niño encargado de repartir el material y en esta ocasión se consensuó la manera en que llevaría a cabo la selección en lo adelante, acordando que sería por el orden de la lista que tiene la tutora.

En esta sesión también se les explicó la manera de llevar a cabo la autorregulación durante el desarrollo de las actividades. Se le entregó a cada niño una tarjetita con unas autoinstrucciones, con el objetivo de enseñarles las estrategias metacognitivas necesarias para realizar cada actividad de manera autónoma. El objetivo de esta técnica es lograr influir en el procesamiento cognitivo del alumno para que en el futuro sea él quien autorregule su comportamiento, sin necesidad de la presencia de un adulto que aplique la administración de refuerzos o haga el seguimiento de las distintas fases en la resolución de problemas.

Las actividades que se desarrollaron en esta sesión fueron las que a continuación se describen, y tuvieron los siguientes objetivos:

Objetivos:
  • Consolidar el conocimiento de las letras y su sonido.
  • Mejorar de la conciencia fonémica.
  • Mejorar la percepción auditiva de fonemas.
1ª Actividad.

Temporalización: 45 minutos.

Se les presentó el abecedario mediante el retroproyector. El conjunto de letras apareció en primer lugar en mayúsculas para que los niños fueran diciendo en voz alta el nombre de cada letra. El inconveniente que le veo a esta tarea es que al estar las letras ordenadas probablemente se haya producido un efecto de memoria, con lo que en general cada uno sabía el orden en que aparecía la cadena, por lo que resultó en cierto modo difícil saber si realmente reconocían el grafema o sólo estaban recordando el orden del alfabeto. Estas dudas surgieron a raíz de algunas evidencias durante la ejecución.

En un segundo momento de esta actividad se presentó el abecedario en minúsculas. Debido a que resultó difícil determinar el nivel de conocimiento que tenían los alumnos de las letras, se decidió repetir la actividad pero esta vez iban nombrando cada una de manera aleatoria, indicándosele a cada quien la que debía leer.

Por último, se escribieron en la pizarra las vocales y posteriormente las consonantes L, M, S, F, P, T, N. La tarea consistió en escoger de manera arbitraria una vocal y una consonante para que los niños pronunciasen la sílaba de forma directa e inversa (CV / VC).

2ª Actividad.

Temporalización: 45 minutos.

En una segunda actividad, se les presentaron una serie de dibujos (loro, paloma, perro, delfín, elefante, jirafa, león, pato, vaca, pollito, pera, uvas, naranja, fresas, manzana, gato, mariposa, oso, cocodrilo, sal, foca, avión, queso, zapatos, fuego, melón, niña, mujer, anillo, cebra). Esta vez debían rodear aquellos dibujos que contuviesen las letras que les indicó la tutora. Para llevar a cabo esta actividad, en principio se hizo un ensayo con el nombre del primer animal de la serie de dibujos; la tutora escribió en la pizarra la palabra “loro” para que los niños identificaran el nombre de cada grafema, así como su fonema, de forma aislada y dentro de cada sílaba. Para continuar se les fueron diciendo los nombres de los distintos animales para que ellos decidiesen si llevaba el sonido objeto (previamente establecido) o no. Los fonemas objeto fueron los que se presentaron en el ejercicio anterior.

3ª Actividad.

Temporalización: 45 minutos.

La tutora fue dictando una serie de palabras para que los niños identificaran y escribieran aquellas que contenían el fonema /l/ en cualquier posición. Las palabras fueron: “palo, lápiz, lupa, península, plátano, amplio, salir, soso, sueño, sentir, salto, suelo, disco, cáscara, soltar, sacar, saco, suéter, asa, oso, espina, toser, sensato, mesa, silla, sillón, sano.…). Al finalizar el taller, se llevó a cabo la autoevaluación de los niños y finalmente nos juntamos todos en la zona de reunión para despedirnos y recoger las opiniones generales acerca de la sesión.

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